América Latina se convirtió el año pasado en la región de los mercados emergentes con la mayor emisión de deuda pública.
Los gigantescos paquetes de rescate fiscal para hacer frente a la crisis del coronavirus impulsaron a los gobiernos de las principales economías de la región a pedir prestado en el exterior capital por un valor de US$53.000 millones.
Una cifra enorme que superó ampliamente a otros bloques como las economías emergentes de Europa y Asia, Medio Oriente y África.
De cara a este 2022, está previsto que las emisiones netas de deuda pública disminuyan a nivel global. Sin embargo, América Latina mantendría su liderazgo, llegando a emitir unos US$44.000 millones, según un informe del banco estadounidense JP Morgan.
La colocación de deuda pública entre los inversores extranjeros es una de las herramientas más habituales de los gobiernos de todo el mundo para financiar su gasto.
Pero la otra cara de la moneda es que si un gobierno se endeuda en exceso,en algún momento tendrá que recortar su gasto público, aumentar los impuestos o el coste de los servicios públicos.
En el peor de los casos, tiene que hacer todo a la vez.
Y esas fueron algunas de las principales razones detrás de la oleada de protestas sociales vistas a finales de 2019 que recorrieron desde Chile hasta Ecuador.
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