BUENOS AIRES — Con las reservas internacionales del Banco Central de Argentina en niveles precariamente bajos, consultoras locales y firmas estadounidenses alertan que el país suramericano tendría que reestructurar sus bonos con el sector privado en los próximos años dada su mermada capacidad de repago y el no acceso a mercados financieros internacionales.
El escenario es incluso más preocupante pues si bien la meta del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional estipula que las reservas del país deberían aumentar USD5 mil millones este año, la misma luce difícil de lograr.
Al 11 de febrero las reservas brutas de Argentina alcanzan USD37.241 millones, según datos oficiales del BCRA. Pero la entidad no informa las llamadas reservas “netas”, que son las brutas menos los pasivos de la entidad como el swap con China, préstamos del Banco de Basilea, encajes y activos del Tesoro, así como tampoco las “líquidas”, conformadas por esos activos menos la posición en oro y los Derechos Especiales de Giro, si los tuviera. De ahí que las reservas “líquidas”, o el efectivo disponible en el BCRA, sean aún más bajas.
Morgan Stanley sostuvo en un reciente reporte a inversores que elevar las reservas en USD5 mil millones este año “parece desafiante,” ya que los precios internacionales de las exportaciones del país probablemente sean más bajos que el año pasado. Al mismo tiempo Argentina tendría que pagar mayores precios por sus importaciones de gas y confrontar una esperada recesión en Brasil, su principal socio comercial después de China.
“Pensamos que algo tendrán que dar; sin una corrección del tipo de cambio oficial será difícil aumentar las reservas, a menos que las restricciones a las importaciones se endurezcan aún más, pero esto dañaría el crecimiento y complicaría la consolidación fiscal,” advierte el informe de 21 páginas escrito por el economista Fernando Sedano. El banco de inversión neoyorkino estima que las reservas líquidas del país son negativas en USD1.100 millones.
El pasado 28 de enero el presidente Alberto Fernández anunció un acuerdo de principio con el FMI, bajo el plan de facilidad extendida, que prevé una reducción gradual de déficit fiscal a 0,9% PIB en 2024. Ambas partes tiene aún que lograr un acuerdo definitivo “lo más rápido posible,” según comento el pasado jueves Gerry Rice, el portavoz del Fondo Monetario Internacional.
“Las negociaciones continúan, estamos trabajando de manera muy cercana con los funcionarios del gobierno argentino para alcanzar un acuerdo de nivel de staff. Hubo un entendimiento en reducir subsidios a la energía y movilizar el financiamiento externo para mejorar la resiliencia argentina,” señaló Rice en la conferencia de prensa que ofrece todos los jueves. “El equipo trabaja todavía muy cerca hacia un acuerdo,” remarcó. El acuerdo definitivo tiene que ser refrendado por el Congreso de Argentina.
Visiones
Consultores locales como Gabriel Rubinstein, ex integrante del equipo negociador de Argentina para los acuerdos con el FMI y bonistas privados entre 2002-2005, calcula que las reservas líquidas son negativas en casi USD4.000 millones.
La falta de divisas y el cronograma de vencimientos con los bonistas privados y el mismo FMI en base al preacuerdo conocido, hacen que los inversores duden de la capacidad de repago de la deuda soberana.
La Consultora 1816 afirmó que si bien los pagos futuros de la deuda tanto a los bonistas privados como al Fondo quedaron muy concentrados en los próximos dos mandatos presidenciales (2023-2027 y 2027-2031), “otra reestructuración de los bonos en dólares no es estrictamente necesaria.”
En informe a clientes publicado el 4 de febrero la consultora considera que el escenario puede evitarse si el Frente de Todos, la alianza de partidos en el gobierno, “cumple con el programa con el FMI en 2022-2023 y una nueva gestión encara reformas estructurales a partir del 2024, pero admitimos que parece probable (que haya una reestructuración) partiendo desde cero reservas netas.”
PxQ , una firma de consultoria liderada por Emmanuel Álvarez Agis, ex viceministro de Economía durante el último mandato de Cristina Fernández de Kirchner, estima que el cronograma de vencimientos que surgiría del nuevo acuerdo con el FMI “libera el corto plazo pero se vuelve exigente a partir de 2027” cuando el país tiene que cancelar USD4.557 millones. Argentina encara USD7.200 millones por año de vencimientos entre 2028 y 2032.
Si se suman los pagos a acreedores privados al total de vencimientos 2028-2032 se promediarían USD17.300 millones por año, según un informe de PxQ publicado el 9 de febrero. “Es evidente que Argentina no puede generar un superávit de divisas tal como para cancelar todos sus vencimientos de deuda. Es por eso que será necesario volver a los mercados para refinanciar los vencimientos con acreedores privados a partir de 2025 y, a partir de ahí, solo pagar intereses,” advierte la consultora.
Acceso a Mercados
El interrogante para los inversores es si llegado el momento el país tendrá acceso a los mercados de capitales para refinanciar estos vencimientos.
El anuncio del pre-acuerdo con el FMI no produjo una sensible mejora en los precios de los bonos. De hecho, según Consultatio Investments, una firma financiera con sede en Buenos Aires, los bonos todavía no reflejan un escenario de acuerdo con el organismo internacional. Por ejemplo, el bono Global 2030 cotiza a una paridad cercana al 35%, cuando su mínimo histórico fue de un 31,6% y su máximo de 50%.
“El acuerdo esperado (con el FMI) no será suficiente para generar un shock de expectativas positivas, probablemente debido a que también se desconfía de que el país pueda cumplir sus metas”, advirtió la firma de consultoría y manejo de activos en un reporte semanal del 11 de febrero.
La calificadora de riesgo crediticio Moody’s Investors Services señala que el acuerdo con el FMI no ayudará a despejar los pagos a los bonistas privados en el futuro. “La falta de voluntad para cumplir cabalmente con las metas implica que el acceso a los mercados de capitales no regresará a tiempo para cumplir los pagos del servicio de la deuda de los bonos en moneda extranjera, que aumentarán de USD1.400 millones en 2022 a USD9.500 millones en 2025,” explicó la firma en un reporte del 4 de febrero.
Para Moody’s, el nuevo acuerdo en la práctica renovaría los pagos vencidos que Argentina adeuda al propio FMI; pero incluso con un programa con el ente multilateral la probabilidad de una nueva reestructuración de la deuda con el sector privado sigue siendo muy alta, indicó la firma en el informe. “El país no podrá cumplir con estas obligaciones de deuda sin acceso al mercado internacional de capitales. Hasta la fecha, esos mercados están efectivamente cerrados con diferenciales de bonos argentinos que rondan los 1.700-1.800 puntos básicos.”
Y dice que “es improbable” que el acceso se materialice en ausencia de cambios fundamentales en el marco de política económica de Argentina que respalda una mejora en su perfil crediticio soberano. “Esperamos que Argentina necesite reestructurar su deuda en 2024-25. Dado el bajo nivel de las reservas internacionales netas, que hoy estimamos en USD1.000 millones, Argentina podría verse obligada a reestructurar su deuda externa con acreedores privados antes de esa fecha”, asevera Moody’s.
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